El viernes a primera hora, mi compañera Olga nos trajo a clase una salamanquesa que se había encontrado.
Busqué una caja para ella y la tuvimos en clase toda la mañana. A todos los niños les gusta observar animales, sean como sean. Para esta pequeña salamanquesa hubo mucha observación. Me reía con los nombres que le daban algunos, por ejemplo "samalanquesa" parecía que el "espíritu Pupi" los hubiera contagiado (ya sabéis lo que le gusta a nuestra mascota cambiar las palabras).
Después del recreo decidimos que lo mejor sería liberar a nuestra invitada y, dicho y hecho. Salimos al campo más cercano, que es el rodea a nuestro patio y...¡Horror, estaba lleno de basura!
Recordamos lo que le pasó a Aloe, amiga de Pupi y habitante de Ecoplanet, que al llegar a la tierra se llenó de granos, una rección alérgica a la contaminación de nuestro planeta. Buscamos un trocito de tierra que no estuviese lleno de basura.
Y allí dejamos a nuestra pequeña salamanquesa, deseando que encontrara pronto bichitos con los que alimentarse.
De vuelta a clase, encontramos en una revista del expositor de la entrada del colegio, una foto con un animalillo muy parecido a nuestra salamanquesa.
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